La alcachofa de Jerusalén es una planta perenne que se ha adaptado bien a los duros inviernos de un clima templado. No se puede excavar todos los años, pasa el invierno bien en la tierra, no necesita riego ni escarda, siempre da una buena cosecha. La alcachofa de Jerusalén, cuyas propiedades medicinales y contraindicaciones están bien estudiadas, no tiene análogos y merece especial atención.

Alcachofa de Jerusalén: beneficios para el cuerpo

El carbohidrato que compone este cultivo de raíz se llama inulina. Durante el almacenamiento, se convierte en fructosa, lo que le da a la alcachofa de Jerusalén un sabor dulce después de la cocción. La inulina es muy útil para la digestión, apoya la microflora necesaria en los intestinos.

La alcachofa de Jerusalén también tiene muchos microelementos: magnesio, cromo, calcio, hierro, varias vitaminas, especialmente el grupo C. La alcachofa de Jerusalén o la pera molida es un vegetal único que no acumula nitratos en sí mismo. No forma sustancias nocivas durante el almacenamiento.

La alcachofa de Jerusalén se usa no solo para alimentos, sino también para la preparación de máscaras nutritivas. Ayuda a mantener la juventud y la belleza de la piel. Para hacer esto, los tubérculos se lavan, se pelan, se frotan en un rallador fino y se hacen con la mascarilla de lodo resultante. En la alcachofa de Jerusalén hay ácidos de frutas que limpian las células muertas del estrato córneo superior. Este procedimiento ayuda a restaurar un cutis saludable. Para mejorar las propiedades de limpieza de la máscara, puede agregarle miel o limón.

La alcachofa de Jerusalén ayuda a curar muchas dolencias, se usa en la dieta y el tratamiento preventivo.

Propiedades curativas

Las propiedades beneficiosas de la alcachofa de Jerusalén se deben a su composición química y alto valor nutricional.

El consumo de este cultivo de raíz ayuda a:

  • mantener la juventud;
  • limpiar el cuerpo de toxinas y metales pesados;
  • aumentar la inmunidad;
  • reducir la incidencia de infecciones respiratorias agudas en niños y adultos;
  • prevenir el desarrollo de la oncología;
  • tratar el corazón y los vasos sanguíneos;
  • mejorar la vista;
  • aliviar el dolor articular, etc.

Las hojas y los tallos de la planta también son curativos, hacen decocciones, tés, infusiones para tomar baños. La alcachofa de Jerusalén ayuda en el tratamiento de la anemia y la hipertensión, elimina los dolores de cabeza y elimina el exceso de agua del cuerpo.

¿Qué enfermedades ayuda?

La alcachofa de Jerusalén es muy útil para las personas con diabetes, reduce el azúcar en la sangre. Cuando se usa reduce significativamente la necesidad de medicación.

La alcachofa de Jerusalén también es útil para que las personas sanas sientan el resultado, debe comerla regularmente durante 2-3 meses. Comer tubérculos es una buena prevención no solo de la diabetes mellitus, sino también de las enfermedades cardiovasculares.

Con el uso regular de la alcachofa de Jerusalén, la visión mejora, alivia los dolores de cabeza asociados con la presión arterial alta. Para tratar la hipertensión, el té se elabora a partir de hojas o se prepara una bebida a partir de tubérculos secos.

Los baños de hojas y tallos alivian el dolor articular. La alcachofa de Jerusalén ayuda a preservar la juventud debido a su capacidad única de eliminar sustancias nocivas del intestino grueso.

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Reglas de tierra de pera

Al comprar la alcachofa de Jerusalén, debe prestar atención a que los tubérculos sean elásticos, firmes, no arrugados. Guarde en una bolsa de papel para alimentos en el refrigerador. Si se corta el cultivo de raíz, su vida útil no debe exceder los 2 días.

Las verduras crudas tienen las sustancias más beneficiosas. Se puede agregar a cualquier ensalada de vegetales. Al gusto, se asemeja a un jugoso tallo o rábano de repollo blanco, solo que un poco más dulce y suave. Hay variedades con nódulos grandes y uniformes que son fáciles de limpiar.

Para mantener la salud, debe comer 100 g de alcachofa de Jerusalén por día.

El primer y segundo plato se preparan a partir del cultivo de raíz, se hornean los panqueques, se prepara kvas y se cocina la mermelada. Los tubérculos secos producen una bebida maravillosa que imita el café. Puedes hacerlo en casa. Para hacer esto, los cultivos de raíces rallados se secan en una sartén y se muelen en un molinillo de café, como los granos de café, hasta que se muelen finamente. Luego se preparan en una cafetera, obteniendo una bebida curativa de color marrón.

Propiedades útiles para perder peso.

El uso de la alcachofa de Jerusalén como alimento ayuda a normalizar los procesos metabólicos y a limpiar el cuerpo de toxinas. Esto ayuda en la lucha contra el exceso de peso.

Gracias a la inulina y la fibra dietética contenida en el cultivo de raíz, la digestión se normaliza y mejora el trabajo del estómago. El problema del estreñimiento y el envenenamiento con toxinas desaparece, el apetito vuelve a la normalidad.

Con el uso regular de tubérculos, el exceso de líquido sale del cuerpo, ya que tiene un efecto diurético. También tiene un efecto beneficioso sobre la salud y contribuye a la pérdida de peso.

¿Cómo usar para la salud de los hombres?

Las propiedades beneficiosas de la alcachofa de Jerusalén ayudan a los hombres de todas las edades a mantener la salud del sistema genitourinario. Para la prevención del adenoma de próstata, es necesario consumir diariamente 100 g de tubérculos en forma cruda u horneada.

Puede preparar varias ensaladas de alcachofa de Jerusalén con la adición de aceite vegetal y otras verduras saludables o hornear en una olla con carne.

Sirope de alcachofa de Jerusalén: beneficios y usos

El jarabe de alcachofa de Jerusalén de color amarillo ámbar es de sabor dulce con una ligera acidez. El sabor agrio se obtiene agregando jugo de limón a la receta. El contenido calórico del jarabe es de 267 kcal por 100 g. Puede comprarlo en una farmacia o cocinarlo usted mismo en casa, evaporando el jugo exprimido de los tubérculos.

Este jarabe reemplaza perfectamente el azúcar granulada durante la dieta. Se toma por la mañana 1 hora antes de las comidas y por la noche antes de acostarse, 1 cucharada. l., durante 14 días.

Los beneficios para la salud del jarabe se manifiestan en la mejora del bienestar general, el fortalecimiento de la inmunidad, la normalización del metabolismo, la limpieza del cuerpo de toxinas y la mejora del tracto digestivo.

Recetas de pera verde

Las recetas con alcachofa de Jerusalén son variadas, se fríen, guisan, se comen crudas, a base de ensaladas, pasteles dulces, bebidas y conservas. Después del tratamiento térmico, la alcachofa de Jerusalén se parece a la batata, pero es una verdura completamente diferente, y es un error compararla con las papas.

Ensalada de alcachofa de Jerusalén

El cultivo de raíz en la ensalada no tiene mucho sabor, pero es muy útil. Se oscurece rápidamente, por lo que después de pelar es recomendable espolvorearlo con jugo de limón.

Para la ensalada, puedes tomar:

  • manzana verde
  • pimiento
  • zanahorias
  • apio pecíolo;
  • Pekín o col ordinaria;
  • pepino fresco
  • Alcachofa de Jerusalén.

Cocina

  1. Para una ensalada de verduras, los tubérculos de alcachofa de Jerusalén se frotan con una manzana y zanahorias.
  2. La pimienta búlgara se corta en tiras finas, se trituran varias ramas de verduras.
  3. Los ingredientes rallados se riegan con medio jugo de limón.
  4. Una vez mezclada, la ensalada se sazona con aceite vegetal y salsa de soja, decorada con una ramita de verduras.

En una olla

Sabroso para cocinar un cultivo de raíz en una olla. Se colocan capas: un trozo de carne de cerdo o pollo, zanahorias, pimientos y alcachofa de Jerusalén pelada, cortada en rodajas. Cubra con queso duro rallado o regado con mayonesa. Las verduras y la carne deben condimentarse con especias. Puede usar lúpulo Suneli, hierbas provenzales, albahaca, pimentón, pimienta negra, orégano, cilantro. La olla se pone en el horno y se cuece hasta que esté cocida.

En la sartén

La alcachofa de Jerusalén se puede freír en una sartén. Para esto, los tubérculos se cortan en rodajas finas, como chips. La piel no se puede limpiar, solo lávela bien con un cepillo. Frito en aceite vegetal, ligeramente espolvoreado con sal.

Composición, contenido calórico.

En términos de composición química, la alcachofa de Jerusalén se parece a las papas, pero es mucho más nutritiva.

100 g de producto contienen:

  • ceniza - 1.1 g;
  • proteínas - 3 g;
  • agua - 81 g;
  • pectinas - 0.1 g;
  • fibra - 0.8 g;
  • carbohidratos - 15 g.

El contenido calórico es de 73 kcal.

Además, el cultivo de raíz es rico en minerales y vitaminas:

  • ácido ascórbico - 20 g;
  • tiamina - 0, 24 g;
  • riboflavina - 0.5 g;
  • ácido fólico - 1 mcg;
  • niacina - 0.3 mcg;
  • piridoxina - 0.03 mcg;
  • ácido pantoténico - 0.1 g;
  • potasio - 280 g;
  • sodio - 3.4 mg;
  • magnesio - 6 mg;
  • hierro - 180 mg;
  • calcio - 16 mg.

El cultivo de raíz también contiene ácidos orgánicos: málico, malónico, fumárico y succínico.

Contraindicaciones y posibles daños.

El beneficio del cultivo de raíz supera con creces las desventajas. Con precaución, debe ser utilizado por aquellos que aún no están familiarizados con este vegetal para verificar la reacción del cuerpo.

En personas propensas a la flatulencia, el consumo de tubérculos puede causar un ligero aumento de la formación de gases en el intestino. También se debe tener precaución con los cálculos renales o la vesícula biliar.

Es muy útil tomar jarabe o comer platos de alcachofa de Jerusalén, especialmente cuando todavía no hay signos evidentes de una enfermedad. Tal dieta será una buena prevención de varias dolencias.