Dicen que ninguna belleza brilla más que la belleza de un buen corazón. Amarillo Silva, sin duda, tiene un buen corazón. Este joven maestro brasileño dedicó dos años de su vida a una causa que brinda consuelo y alegría a los animales sin hogar. El chico convierte las llantas viejas en cunas cómodas y lindas.

La buena noticia es que no va a detenerse allí. En el próximo año, Amarillo planea producir en masa tales camas y venderlas a todos. El dinero se destinará a mantener refugios para animales sin hogar en todo Brasil.