Entre las muchas variedades de enfermedades humanas crónicas, la hepatitis autoinmune es particularmente prominente. Esta patología del hígado puede provocar múltiples problemas de salud e incluso tener consecuencias irreversibles. ¿Es esta enfermedad susceptible de terapia, y se puede evitar?

¿Qué es la hepatitis autoinmune?

Una enfermedad hepática autoinmune acompañada de un proceso inflamatorio crónico se llama hepatitis autoinmune (AIH). Además, los anticuerpos autoinmunes se controlan claramente en el suero sanguíneo. En otras palabras, el sistema inmunitario humano ataca las células hepáticas (hepatocitos), que con el tiempo se destruyen por completo, y el trabajo del órgano puede detenerse por completo.

Esta patología se mencionó por primera vez en los años 30 del siglo pasado. Y ya en 1950, un médico sueco llamado Waldenstrom monitoreó la hepatitis crónica con ictericia en 6 mujeres jóvenes. Durante estos años, la enfermedad también se llamó hepatitis lupoide debido a la similitud de los síntomas con las manifestaciones de lupus eritematoso.

Algunas estadísticas La AIH a menudo se diagnostica en mujeres menores de 30 años y después de los 50 años. Esta enfermedad progresa bastante rápido y, por lo tanto, es extremadamente importante comenzar una terapia oportuna.

Causas del virus

Las causas de la hepatitis todavía son poco conocidas y poco claras. Se cree que la base de esta enfermedad es exclusivamente genética. Sin embargo, el hijo de padres que padecen esta dolencia no siempre nota las manifestaciones de AIH.

Las supuestas razones adicionales para el desarrollo de AIH son:

  • hepatitis transferida A, B y C;
  • infecciones provocadas por los agentes causales del sarampión, herpes, Epstein-Barr;
  • El efecto de una serie de drogas.

La investigación moderna tiene como objetivo identificar los factores que desencadenan la enfermedad.

Formas de la enfermedad

Los médicos dividen la hepatitis autoinmune en 2 tipos:

  1. Se caracteriza por la presencia en la sangre de autoanticuerpos ANA y SMA. Alrededor del 80% de todos los pacientes se ven afectados por esta forma particular de hepatitis A, y el 70% de ellos son mujeres. En ausencia de un tratamiento oportuno, puede transformarse en cirrosis hepática. Este tipo de enfermedad es especialmente común en Europa occidental y los Estados Unidos.
  2. Se caracteriza por el seguimiento en la sangre de autoanticuerpos anti-LKM-1 y / o anti-LC1, anti-LC3. El 95% de todos los casos son niños. La actividad bioquímica de esta forma de la enfermedad es mayor, una complicación en forma de cirrosis ocurre con mucha más frecuencia.

Para informacion. Algunos médicos tienden a reconocer la presencia de 3 tipos de AIH. Sin embargo, su existencia está en duda. La medicina tradicional requiere considerar esta variedad no como una forma independiente, sino solo como un caso especial de hepatitis tipo 1.

Los síntomas de la hepatitis autoinmune

Los síntomas típicos de la hepatitis autoinmune incluyen:

  • agrandamiento del hígado en tamaño;
  • falla del sistema digestivo: vómitos, náuseas, etc.
  • patologías dermatológicas;
  • sensación de pesadez y dolor en el hipocondrio derecho;
  • "Síntoma de mariposa" (enrojecimiento de la piel en ambos lados de la nariz);
  • ictericia
  • mal funcionamiento del ciclo menstrual.

La AIH casi siempre se acompaña de gastritis, en algunos casos, un aumento en el bazo. La fase aguda de la enfermedad se caracteriza por la presencia de hidropesía abdominal. Además, la funcionalidad del corazón, la glándula tiroides, los intestinos, etc. puede verse afectada.

Diagnóstico y tratamiento del virus.

El diagnóstico de hepatitis autoinmune no es una tarea fácil, ya que debe diferenciarse con muchas enfermedades similares. Solo se puede hacer un diagnóstico utilizando varios estudios.

Al aceptar al paciente, el médico escucha atentamente sus quejas, examina la piel del paciente, mide la temperatura y sondea el estómago.

Además, se utilizan los siguientes métodos de diagnóstico:

  • análisis de sangre y heces (ayudan a evaluar las características del hígado);
  • biopsia de hígado;
  • Ultrasonido de los órganos peritoneales (le permite rastrear la condición de los órganos internos);
  • CTG del hígado (ayuda a ver el estado de los órganos con más detalle);
  • elastografía (es para identificar la proliferación de tejido cicatricial).

La AIH debe diferenciarse con las siguientes enfermedades: enfermedad de Wilson, hepatitis viral crónica, alcohólica y farmacológica, cirrosis y distrofia hepática.

AIH se trata a través de la terapia patogénica, diseñada para restaurar las funciones del cuerpo y normalizar el metabolismo.

Hoy, uno o más de los siguientes métodos para eliminar los síntomas de hepatitis son relevantes:

  1. Terapia de dieta. El paciente debe excluir del menú los platos fritos, picantes y grasos, cambiando a una nutrición fraccionada, que incluya más frutas, verduras, pescado, etc. en la dieta.
  2. Tratamiento farmacológico. Implica el uso de los siguientes tipos de medicamentos: glucocorticoides (inhiben la formación de anticuerpos), inmunosupresores (reducen la actividad de la inmunidad), medicamentos de ácido ursodesoxicólico (protegen los hepatocitos).
  3. Intervención quirúrgica. Recomendado para pacientes que no pudieron restaurar la funcionalidad del hígado por otros métodos. Por lo general, tales operaciones implican el trasplante de tejido hepático de un donante, que a menudo es familiar del paciente.

La elección del método de tratamiento depende de la condición del hígado del paciente, así como de la presencia o ausencia de complicaciones.

Discapacidad de la hepatitis autoinmune

Todos los pacientes con el primer tipo de hepatitis crónica se consideran aptos.El segundo tipo de enfermedad también proporciona la preservación de la actividad laboral bajo la condición de progresión lenta o exacerbaciones cortas.

Durante la fase activa de AIH, se produce una discapacidad temporal y el desarrollo de complicaciones. En promedio, una estadía por enfermedad en este caso puede durar de 15 a 60 días.

A los pacientes con hepatitis crónica se les puede asignar discapacidad:

  1. III grupo. Sujeto a la capacidad limitada de los pacientes de autocuidado en la etapa 2 de AIH y con exacerbaciones de 4 a 6 semanas.
  2. II grupo. Sujeto a la capacidad limitada de autocuidado y exacerbaciones prolongadas de hasta 6 a 8 semanas, así como a un grado moderado o grave de insuficiencia hepática.
  3. Yo grupo Sujeto a la pérdida de movilidad y autocuidado, así como al curso de la enfermedad que progresa rápidamente.

Para obtener el primer grupo de discapacidades, el paciente también debe ser diagnosticado con insuficiencia hepática, disfunción pancreática y daño a otros órganos.

Medidas preventivas

La hepatitis autoinmune implica una prevención exclusivamente secundaria.

Este último incluye:

  • observación sistemática por un gastroenterólogo;
  • falta de sobrecarga física y emocional excesiva;
  • dieta
  • Monitorización de la actividad de las enzimas hepáticas, anticuerpos autoinmunes.

La hepatitis autoinmune en ausencia de un tratamiento oportuno puede alterar por completo la funcionalidad del hígado. La buena noticia es que la medicina moderna puede eliminar los síntomas de la enfermedad en una etapa temprana, lo que significa que el pronóstico en este caso es favorable. Las medidas de prevención tomadas ayudarán a reducir el riesgo de AIH.